Descalza se corre mejor.


Serían las siete de la mañana y mi ciudad estaría callada. Algunos madrugadores, otros trasnochadores. Son los restos de un viernes que terminó hace ya algunas horas. Me gustaría conducir temprano, con la carretera despierta para mi, sin nadie más. Y ver Navacerrada...
Recuerdos de la noche anterior pasearían por mi memoria caleidoscópica. El efecto de la cerveza continuaría en mis venas, esa noche te sustituiría por el alcohol y perdería con el cambio; él no me mandaría mensajes de amor ni me llamaría. Y encima me levantaría con una resaca de espanto. Y esos recuerdos pasearían por mi memoria, descalzos.