Congelé todos nuestros instantes, por si acaso.


Hoy hace sol, ¿y sabes qué es lo que me gustaría? Mandar mi corazón de viaje (o al exilio) por que yo también me canso y me cuesta dormir porque paso las noches en vela pensando qué decirte a la mañana siguiente... sin saber que el problema real es que no hay nada que decir. Me gustaría subirme a un avión y volar a donde sea, pero volar. Olvidar que hay demasiadas ciudades tristes y que a veces me convierto en un lento parpadeo. Bajar del cielo, robar un coche y huir con tus miradas congeladas. Y tus sonrisas torcidas que guardo en cada rincón de mi memoria. Sigo estudiando la manera de conseguir ese jodido equilibrio imposible. Seguiré dibujandote sonrisas en cada parte de tu cuerpo, porque lo tuyo es un don. Pero no pienso buscarte en el humo que acecha mis pupilas. No voy a moverme del sitio.