Esta vez sólo vivo la realidad.


El frío se deslizaba de mis manos a mis ojos, y viceversa, pero un frío diferente. Hay frío que te congela por dentro y frío que sólo te recuerda que estás viva. Ver como la lluvia choca contra tu rostro es una sensación maravillosa, ¿lo sabías? La mejor sensación, sin lugar a dudas, es la de mirar a la chimenea con el fuego bien encendido, y quemarlo todo. Quemar el pasado que me hace tener este miedo irracional. Y avivar los domingos noche, los abrazos inesperados y tus manos calentando las mías un invierno cualquiera. Y es que escondida en tu cuerpo todo parece mejor. Y pasan las horas sin verte y hablando con mis labios me han dicho que echan de menos a los tuyos... y mi mano, que no sabe caminar si no te tiene cerca. En los labios tantos besos que no caben, y en el baúl de los sueños, los más grandes: Los reales.