Culpable.



¿Sabes? Para mi el mundo a veces, es como una gran bola de nieve, a veces tienes que agitarlo para ver toda su belleza. Ahora, que ya ha llegado la navidad, los reyes magos esperan con sus camellos rodeados de juguetes y por qué no, un poco de esperanza. La gente apura sus compras, sus vestidos para la última noche del año. Si, esa que ya está a la vuelta de la esquina. El frío amanece junto al sol en casi todas las ciudades españolas y sabes de sobra, que a mi, me cuesta dormir con los pies fríos, porque así es todo más complicado. En este mundo caleidoscopico todo gira y da vueltas. La vida amanece helada como los coches de la puerta de mi casa, aunque a media noche recibe un poco de calor en forma de besos. Gira, todo gira. Regalos de ida y vuelta, besos de ida y vuelta, personas que se quedan y otras que se van... Palabras que se transforman de un lado para otro. Todo pierde significado, al pecho le cuesta respirar y las canciones... esas siempre tienen las palabras adecuadas. Como me gustaría vivir en una casa en medio de la montaña o del bosque y que difícil es el lenguaje con palabras y qué fácil el de los gestos. Experta en meter la pata y decir cosas fuera de lugar. No sé de formalismos, sólo hago lo que siento. Quizá debería probar un master de contención. Cada invierno es diferente y eso es un hecho. Cada año me ilusiono y desilusiono más, pero es parte de la vida ¿no? Y esta navidad no me tiembla el corazón a cada paso.