Las revoluciones bajo la almohada.
Recuerdas las veces que quisiste lanzar por la ventana los recuerdos. Y los lanzaste, esperando que no se fueran cayendo poco a poco hasta estrellarse contra el suelo. Observaste, desde arriba, como ya no quedaba nada de lo que habías creído. Por lo que habías luchado. Recuerdas las veces que te escribiste en la frente: Todo irá bien. Y a la mañana siguiente sólo quedaba un rastro de tinta y un millón de lágrimas. Cuando intentabas leer, deprisa, sólo queriendo encontrar un par de palabras que te dieran la respuesta. Y caíste, al suelo de la cocina, sin fuerzas, mientras se desangraban ojos y corazón. Ni trenes, ni papeles, ni sueños, ni beber hasta reventar le tiempo. Nada que llene este corazón y logre calmarme el pecho. Ahora sólo queda tirar el corazón por la ventana y esperar que algún coche lo atropelle. Que un amanecer venga y me arranque la tristeza de una puta vez. Olvidar los mares, perder la vista en el infinito y encontrar algo. ¿Dónde está la vida cuando la necesitas? Los sueños bajo el felpudo y las revoluciones bajo la almohada. Las ganas en el fondo de mis ojos. Ya no nos queda más que distancia.
'Quizá estar vivo sea esto: perseguir instantes que mueren.'